Óscar I. Zuluaga, Íngrid Betancourt, Gustavo Petro, Juan Celis, Rodolfo Hernández.
Óscar I. Zuluaga, Íngrid Betancourt, Gustavo Petro, Juan Celis, Rodolfo Hernández.
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La campaña electoral colombiana, entre el bochorno y los desatinos

Hechos que fueron virales en redes sociales.

La campaña para las elecciones del 13 de marzo en Colombia ha dejado momentos bochornosos, como aspirantes al Senado que no saben cómo funciona el Congreso, un precandidato dando discursos borracho en un escenario o arriesgados lemas como "Ni por el Pu...tin nos van a joder como a Venezuela".

Acostumbrados a ver a candidatos bailando en otras rondas electorales, la presente campaña no ha dejado escenas dignas (o indignas) de Broadway, aunque algunos, como el candidato del uribismo, Óscar Iván Zuluaga, se atrevió a un amago de baile en TikTok, bajando hasta el piso sin demasiado ritmo.

Las grandes metidas de pata 

La vuelta de Íngrid Betancourt a la carrera presidencial, justo 20 años después de que las FARC la secuestraran cuando estaba también intentando llegar a la Casa de Nariño, tiene momentos polémicos, con una referencia escandalosa en un debate en el que dijo que "las mujeres se hacen violar".

Betancourt aseguró que había sido una traducción mala del francés, su segunda lengua, pero no es la única vez que ha "metido la pata" durante estas semanas.

En una entrevista en el noticiero televisivo de RCN le preguntaron con cuáles de sus rivales se aliaría y parecía no conocer a ninguno, ni de dónde venían ni en qué partido militaban y su única pregunta era: ¿pero tiene maquinarias?, un término que en Colombia se utiliza para referirse a las mañas de políticos clientelistas y sospechosos de comprar votos.

No ha sido la única que lo ha pasado mal en un plató de televisión, ya que los candidatos al Senado por el Nuevo Liberalismo y Alianza Verde Sandra Borda y Ariel Ávila, respectivamente, fallaron absolutamente todas las preguntas que les hicieron en Noticias RCN sobre funcionamiento del Congreso.

Las preguntas eran sobre quién convoca sesiones extraordinarias, cuántos debates necesita un proyecto de ley o cuántas comisiones permanentes hay en las dos Cámaras.

Pero quizás uno de los momentos más sonados de esta campaña -que se extenderá hasta el 29 de mayo para los candidatos a la Presidencia- fue un discurso del izquierdista Gustavo Petro, precandidato por el Pacto Histórico y favorito en las encuestas, el pasado 6 de febrero en Girardot, una ciudad del centro de Colombia.

"Que esta ciudad pueda ser llamada de nuevo la capital roja de Colombia", pronunció Petro en un estado visible de ebriedad que él mismo confirmó dos días después cuando reconoció que le "cayó mal un trago".

Exceso de creativos entre los verdes 

Las vallas publicitarias también han sido protagonistas de la campaña del partido Alianza Verde y no precisamente por la creatividad de los candidatos, sino por el exceso de ella.

El caso más sonado fue el de la representante a la Cámara Katherine Miranda, que aspira a la reelección e instaló varias vallas en Bogotá que decían "Que no nos abudineen el país".

Esto en referencia a Karen Abudinen, exministra de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) que dejó el cargo en medio de un escándalo por presuntas irregularidades en un millonario contrato y cuyo apellido empezó a ser utilizado popularmente como sinónimo de robar o estafar.

Hace dos semanas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ordenó a Miranda desmontar las vallas, tras lo cual y pese a no estar de acuerdo, la candidata cumplió la orden y las remplazó por otras que decían "Que no nos robeen el país".

Diana Rodríguez, que también busca llegar a la Cámara por el mismo partido, se aprovechó de la metida de pata de Betancourt cuando dijo que "las mujeres se hacen violar" y en una valla tachó la palabra "violar" y la reemplazó por "elegir", algo que fue criticado desde diversos sectores que consideran que el mensaje revictimiza a las mujeres que han sido violadas. Rodríguez también acabó quitando las vallas.

Los fantasmas de Putin y Maduro 

El Centro Democrático, el partido de derechas del que hace parte el presidente Iván Duque, apeló una campaña más a los fantasmas "socialistas" de los mandatarios de Rusia, Vladímir Putin, y de Venezuela, Nicolás Maduro.

"Ni por el Pu...tin nos van a joder como a Venezuela", reza la pancarta instalada en una zona fronteriza con ese país por el candidato al Senado Juan Pablo Celis, en la que además están fotos de ambos presidentes.

Sin embargo, el partido oficialista fue más allá y en Bogotá también instaló vallas en las que aparecen los candidatos del izquierdista Pacto Histórico con el mensaje "Ojo con el Congreso. El momento de salvar a Colombia de los enemigos de la libertad es ya".

El CNE también ordenó a la cabeza de la lista al Senado del Centro Democrático, el exsecretario de Gobierno de Bogotá Miguel Uribe Turbay, retirar la valla.

El candidato tiktoker 

Otro protagonista de la campaña ha sido el aspirante presidencial Rodolfo Hernández, exalcalde de Bucaramanga y autodenominado, a pesar de sus 76 años, el "Rey de TikTok", donde tiene más de 268.000 seguidores.

Hernández, que se presenta por firmas a la Presidencia y aparece en los primeros lugares de las encuestas, ha publicado en esa red social montajes en los que su rostro, por ejemplo, aparece en el cuerpo de Mario Bros u otro en el que está sobre un cohete por su subida en los sondeos.

El candidato ha publicado además videos haciendo ejercicio o incluso uno de una sesión de fotos en la que pone "Viejito pero sabroso", con lo que busca pescar votos entre los más jóvenes.

EFE

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